domingo, 16 de mayo de 2010

Introducción al caso

El mar siempre ha representado las dos caras de la moneda en la vida de los humanos; por un lado representa una amenaza mortal para el insignificante ser humano:


"Pues mira que voy a hacer que se precipiten las aguas del diluvio sobre la tierra para matar toda carne en la que haya aliento de vida bajo el cielo, todos los seres vivientes que hay en la tierra perecerán"

Génesis

6, 17

Y por el otro, también se nos ha presentado como una gran herramienta que ofrece mil y un posibilidades para obtener poder y riquezas. Desde el principio de los tiempos el hombre ha querido dominar al mar y los barcos nos han ofrecido esa posibilidad, uniendo y defendiendo naciones, ampliando el comercio, mostrándonos “nuevos mundos” que sin importar si el diseño del barco es el apropiado para la tarea los hombres de mar los han hecho suyos.

“Las naves empleadas en los grandes viajes de descubrimiento no fueron diseñadas especialmente para este objeto, ni tampoco solían ser ejemplares notables de su clase entre las de aquella época […] La flota de Colón, en 1942, fue equipada sobriamente por los agentes de un gobierno falto de medios.”

J. H. Parry Época de los descubrimientos geográficos, p. 83


Pero de nada sirven los barcos sin algo con que guiarse, pues el hombre se siente pequeño e indefenso cuando no tiene el control de la situación, y antes de que existiese cualquier instrumento de navegación que puedas imaginar, los hombres de mar tenían algo, sus sentidos:


Marineros primitivos han hecho viajes de cientos de millas por alta mar guiándose por el ojo y los "sentidos", sin la ayuda de instrumentos [...] condiciones que hicieron posibles los descubrimientos marítimos sistemáticos a gran distancia, hay que comprender la naturaleza y las limitaciones de esa clase de navegación.

J.H. Parry. El descubrimiento del mar D.F: México, 1991. p. 48

Presentación del caso



Con esta pequeña vista que el humano tiene sobre el mar, los barcos y los instrumentos de navegación (en especial lo que se usaba antes de estos últimos) surgieron estas dudas centradas, principalmente en el “Descubrimiento” de América:

  • ¿Dónde adquirían y cuáles eran los conocimientos para no perderse en el mar con y sin los instrumentos?
  • ¿Dónde obtuvo Cristóbal Colón los barcos para el primer viaje y qué características tenían?
  • ¿Cuáles son los instrumentos que utiliza Colón?

  • ¿Cuáles son las ideas de uso común con respecto a las naves de Cristóbal Colón?

Con esto presento el caso: Barcos usados en el "Descubrimiento" de América e Instrumentos de navegación.

Con este proyecto se pretende tener una visión no solo de la técnica que se utilizaba en el Medievo, sino también la cultura, los mitos y las verdades que rodea a los barcos e instrumentos de navegación en esta época, porque para ser sinceros nada es tan sencillo como parece y menos en una etapa tan importante para el mundo, donde no solo se dio el “descubrimiento” de América, sino que se desencadenaron varias cosas, se descubrió la verdadera dimensión del planeta, con esto la descentralización de Europa, un cambio drástico en la visión religiosa, que si bien los barcos no fueron lo único que permitió esto, pero sin ellos nada se hubiese logrado.

Con estas dudas en la mente y el interés rondando, el plan para resolverlas constaría de tres tipos de investigación, a base de libros, internet y entrevistas a profesores o personas especializadas en el tema, claro sin dejar de lado a la gente común. Con esto podemos darnos una leve idea (y digo una leve idea, por que el tema es extenso y complicado) de lo que las carabelas y la nao del primer viaje de Cristóbal Colón realmente representaron en su tiempo y como han trascendido hasta nuestros días.

Cristóbal Colón

Nos permitimos anexar un pequeño documental acerca de Cristóbal Colón. Pues nos parece importante tener en cuenta quién es el hombre, lo que hizo, cómo lo logró, con qué medios contaba, y así entender hasta cierto punto algunas de nuestras preguntas.

Dicho documental se llama "Cristobal Colón" se encuentra en la parte izquierda del blog con el mismo nombre

DIARIO DE INVESTIGACIÓN

En este proyecto se incluyen algunas actividades extra, en nuestro caso la primera de ellas son un par de Diarios de investigación, cada uno realizado por cada miembro del equipo, donde mostramos el desarrollo del proyecto, los inconvenientes que se nos presentaron, los aciertos que tuvimos, los errores, la llegada de información y otras cosas que fueron ocurriendo hasta el ultimo minuto que se nos permitió anexar.

¿Cuáles eran los conocimientos para no perderse en el mar sin los instrumentos?




Los marineros antiguos (del siglo XII al XV) solían navegar únicamente en el Mediterráneo, la navegación que se practicaba era la de cabotaje, donde solo se viaja sobre las costas, o bien, teniendo de referencia algún punto al que se quisiera llegar. Este tipo de navegación era muy limitada, ya que barcos y navegantes no estaban preparados para viajes tras-atlánticos.

El navegante no contaba con una gran gama de instrumentos ya que para él no eran tan importantes, en esos momentos, para él, el simple hecho de conocer ciertas estrellas, oleajes, color de mares y fauna era suficiente.

Los rumbos de la estrellas son más fáciles de utilizar en los trópicos que en las latitudes superiores, no solo porque allí son mayores las probabilidades de ver claramente las estrellas, sino también porque en altitudes superiores las estrellas parecen viajar oblicuamente desde su punto de salida hacia los puntos por donde se ponen, de tal manera que sus marcaciones cambian constantemente[1]; la experiencia forma una parte fundamental, esta se obtenía empíricamente y por las historias contadas de marinero a marinero, padre a hijo, étcetera.

Tal es el caso de polaris, esta estrella era la más usada por los viajeros debido a su alineación con el eje de la tierra ya que puede verse desde cualquier punto siempre y cuando el navegante este ubicado en el hemisferio norte. Su valor como indicador de la dirección es obvio, especialmente en altitudes septentrionales bajas y medias, donde aparece lo bastante cerca del horizonte como para que sea fácil observar su posición[2].


La importancia relativa de las estrellas direccionales, en cualquier sistema de navegación, depende sobre todo de si los viajes en dicho sistema se dirigen principalmente hacia al norte y el sur o hacia el este y al oeste.

Pero el hecho de que el marinero se guiara por los astros no era suficiente ya que durante el día si no podían ver las estrellas tenía que recurrir a otro método, el guiarse a través del Sol.

Este astro a diferencia de las estrellas, no posee una declinación fija, por lo que se hacía preciso el empleo de tablas. Tanto éstas como el procedimiento a utilizar eran conocidas de los astrónomos, pero su uso en el mar requería una notable optimización. El procedimiento consistía en medir la altura del Sol sobre el horizonte al mediodía, cuando cruza el meridiano, consultar las tablas que suministraban el valor de su declinación ese día y entonces sumarlo o restarlo del valor de la distancia del cenital (complemento de altura) según la zona del planeta donde se hallase el observador. Para saber cómo operar, el marino debía guiarse por la posición, al norte o al sur, de las sombras arrojadas por el Sol[3].


De tal forma el aprender a manejar los vientos les ayuda mucho con sus viajes ya que estos son importantes para que los barcos fueran impulsados, pero estos eran tanto favorables como también les traían inconvenientes puesto que los vientos son inestables por ejemplo en el mar Indico los grandes cambios estacionales del viento se producen en momentos bastante previsibles del año; cada viento estacional, una vez establecido, soplará durante varios meses desde la misma dirección general. Sin embargo, pueden producirse pequeños cambios imprevistos del viento que tengan suficiente importancia como para falsear la estima del navegante[4].


El uso de las rosa de los vientos en las cartas náuticas se representa por 32 rombos unidos por un extremo mientras el otro señala el rumbo sobre el círculo del horizonte. Sobre el mismo se sitúa la flor de lis con la que suelen representar el norte que se documenta a partir del siglo XVI.

También puede ser un diagrama que representa la intensidad media del viento en diferentes sectores en los que divide el círculo del horizonte.

La división de esta rosa de los vientos son cuatro, los puntos cardinales (Norte, Sur, Este y Oeste) a partir de éstos el horizonte queda dividido en cuatro partes de 90º cada una. La línea que une norte y sur se llama meridiana o línea norte-sur, mientras que la que une los otros puntos se llama línea este-oeste. De las bisectrices de cada uno de los ángulos rectos formados por las líneas meridiana y este-oeste resultan ocho nuevas orientaciones o rumbos llamados laterales que son: noreste, sureste, suroeste y noroeste. Si volvemos a dividir los rumbos laterales y los principales tendremos ocho nuevos rumbos llamados colaterales que son: nor-noreste, este-noreste, este-sureste, sur-sureste, sur-suroeste, oeste-suroeste, oeste-noroeste y norte-noroeste. En general la rosa de los vientos es representada con las anteriores orientaciones, sin embargo nuevos rumbos pueden señalarse con el mismo procedimiento, pero por lo general se emplean a partir de las divisiones señaladas los ángulos, partiendo del Norte (Oº) con dirección positiva siguiendo las manecillas de reloj, es decir hacia el Este[5]


Así pues el navegante primitivo se guiaba por la naturaleza tal es caso de las aves que llegan a ver en sus viajes, pueden ser desde gaviotas, gansos o bien hasta aves silvestres, esto dependía de la región en la cual se encontraban. Tal y como Colón nos describe es un diario de su primer viaje, que al momento de ver aves se sintió aliviado por el hecho de que estas son visibles cerca de tierras.

Es así que los navegantes primitivos se guiaban sin la utilización de instrumentos ya que en su navegación no eran de tanta importancia, pero el hecho de viajar en mares desconocidos hace que estos nautas comiencen a desarrollar un sinfín de instrumentos para hacer de estos viajes más cómodos.


[1] J.H. Parry. El descubrimiento del mar, México: Grijalbo. 1991 P. 48

[2] J.H. Parry, El descubrimiento del mar, México: Grijalbo. 1991 P. 49

[3] Manuel. Sellés. Instrumentos de navegación del Mediterráneo al Pacífico, España: Colección Ciencia y Mar. P. 47

[4] J. H. Parry. El descubrimiento del mar, México: Grijalbo. 1991 P. 50.


[5] http://www.diccionario-nautico.com.ar/rosa-de-los-vientos.php