domingo, 16 de mayo de 2010

¿Cuáles eran los conocimientos para no perderse en el mar sin los instrumentos?




Los marineros antiguos (del siglo XII al XV) solían navegar únicamente en el Mediterráneo, la navegación que se practicaba era la de cabotaje, donde solo se viaja sobre las costas, o bien, teniendo de referencia algún punto al que se quisiera llegar. Este tipo de navegación era muy limitada, ya que barcos y navegantes no estaban preparados para viajes tras-atlánticos.

El navegante no contaba con una gran gama de instrumentos ya que para él no eran tan importantes, en esos momentos, para él, el simple hecho de conocer ciertas estrellas, oleajes, color de mares y fauna era suficiente.

Los rumbos de la estrellas son más fáciles de utilizar en los trópicos que en las latitudes superiores, no solo porque allí son mayores las probabilidades de ver claramente las estrellas, sino también porque en altitudes superiores las estrellas parecen viajar oblicuamente desde su punto de salida hacia los puntos por donde se ponen, de tal manera que sus marcaciones cambian constantemente[1]; la experiencia forma una parte fundamental, esta se obtenía empíricamente y por las historias contadas de marinero a marinero, padre a hijo, étcetera.

Tal es el caso de polaris, esta estrella era la más usada por los viajeros debido a su alineación con el eje de la tierra ya que puede verse desde cualquier punto siempre y cuando el navegante este ubicado en el hemisferio norte. Su valor como indicador de la dirección es obvio, especialmente en altitudes septentrionales bajas y medias, donde aparece lo bastante cerca del horizonte como para que sea fácil observar su posición[2].


La importancia relativa de las estrellas direccionales, en cualquier sistema de navegación, depende sobre todo de si los viajes en dicho sistema se dirigen principalmente hacia al norte y el sur o hacia el este y al oeste.

Pero el hecho de que el marinero se guiara por los astros no era suficiente ya que durante el día si no podían ver las estrellas tenía que recurrir a otro método, el guiarse a través del Sol.

Este astro a diferencia de las estrellas, no posee una declinación fija, por lo que se hacía preciso el empleo de tablas. Tanto éstas como el procedimiento a utilizar eran conocidas de los astrónomos, pero su uso en el mar requería una notable optimización. El procedimiento consistía en medir la altura del Sol sobre el horizonte al mediodía, cuando cruza el meridiano, consultar las tablas que suministraban el valor de su declinación ese día y entonces sumarlo o restarlo del valor de la distancia del cenital (complemento de altura) según la zona del planeta donde se hallase el observador. Para saber cómo operar, el marino debía guiarse por la posición, al norte o al sur, de las sombras arrojadas por el Sol[3].


De tal forma el aprender a manejar los vientos les ayuda mucho con sus viajes ya que estos son importantes para que los barcos fueran impulsados, pero estos eran tanto favorables como también les traían inconvenientes puesto que los vientos son inestables por ejemplo en el mar Indico los grandes cambios estacionales del viento se producen en momentos bastante previsibles del año; cada viento estacional, una vez establecido, soplará durante varios meses desde la misma dirección general. Sin embargo, pueden producirse pequeños cambios imprevistos del viento que tengan suficiente importancia como para falsear la estima del navegante[4].


El uso de las rosa de los vientos en las cartas náuticas se representa por 32 rombos unidos por un extremo mientras el otro señala el rumbo sobre el círculo del horizonte. Sobre el mismo se sitúa la flor de lis con la que suelen representar el norte que se documenta a partir del siglo XVI.

También puede ser un diagrama que representa la intensidad media del viento en diferentes sectores en los que divide el círculo del horizonte.

La división de esta rosa de los vientos son cuatro, los puntos cardinales (Norte, Sur, Este y Oeste) a partir de éstos el horizonte queda dividido en cuatro partes de 90º cada una. La línea que une norte y sur se llama meridiana o línea norte-sur, mientras que la que une los otros puntos se llama línea este-oeste. De las bisectrices de cada uno de los ángulos rectos formados por las líneas meridiana y este-oeste resultan ocho nuevas orientaciones o rumbos llamados laterales que son: noreste, sureste, suroeste y noroeste. Si volvemos a dividir los rumbos laterales y los principales tendremos ocho nuevos rumbos llamados colaterales que son: nor-noreste, este-noreste, este-sureste, sur-sureste, sur-suroeste, oeste-suroeste, oeste-noroeste y norte-noroeste. En general la rosa de los vientos es representada con las anteriores orientaciones, sin embargo nuevos rumbos pueden señalarse con el mismo procedimiento, pero por lo general se emplean a partir de las divisiones señaladas los ángulos, partiendo del Norte (Oº) con dirección positiva siguiendo las manecillas de reloj, es decir hacia el Este[5]


Así pues el navegante primitivo se guiaba por la naturaleza tal es caso de las aves que llegan a ver en sus viajes, pueden ser desde gaviotas, gansos o bien hasta aves silvestres, esto dependía de la región en la cual se encontraban. Tal y como Colón nos describe es un diario de su primer viaje, que al momento de ver aves se sintió aliviado por el hecho de que estas son visibles cerca de tierras.

Es así que los navegantes primitivos se guiaban sin la utilización de instrumentos ya que en su navegación no eran de tanta importancia, pero el hecho de viajar en mares desconocidos hace que estos nautas comiencen a desarrollar un sinfín de instrumentos para hacer de estos viajes más cómodos.


[1] J.H. Parry. El descubrimiento del mar, México: Grijalbo. 1991 P. 48

[2] J.H. Parry, El descubrimiento del mar, México: Grijalbo. 1991 P. 49

[3] Manuel. Sellés. Instrumentos de navegación del Mediterráneo al Pacífico, España: Colección Ciencia y Mar. P. 47

[4] J. H. Parry. El descubrimiento del mar, México: Grijalbo. 1991 P. 50.


[5] http://www.diccionario-nautico.com.ar/rosa-de-los-vientos.php

2 comentarios:

  1. Los capitanes y pilotos eran marinos, no marineros. Es falso que se navegase exclusivamente por el Mediterráneo. Azores, Canarias, etc. se descubrieron en esos siglos o mucho antes.Los griegos ya conocían las islas Afortunadas manejaban el astrolabio.

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  2. Los mares desconocidos les enseñaron a perfeccionar sus instrumentos y sus habilidades de orientación geografica. Buen Articulo, abrazos y bendiciones desde Venezuela Sur America.

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